Después de un exilio de hambre y miseria, las circunstancias de Marina Tsvetáieva a su vuelta a la URSS se convertirían en el infierno. A su llegada en 1939, el gobierno soviético tendió una trampa a su marido y su hija, que pasaron a ser encarcelados y torturados por los órganos de la NKVD. Dos años más tarde, Tsevetáieva se suicidó en su casa de Elábuga. Poco antes había escrito: “Et ma cendre sera plus chaude que leur vie”. Pese a todo, nunca había abandonado la llama de la poesía.
Vivir en el fuego es una selección de los diarios y la correspondencia de Tsvetáieva, bajo la dirección de Tzvetan Todorov. De alto tono poético, no se trata sólo del testimonio de su vida y los acontecimientos del XX sino que resulta un magnífico laboratorio de su escritura. La voz de Tsvetáieva se presenta en todo momento desnuda y terriblemente cruda, y el estilo es siempre incendiario y telegráfico -gracias al uso de su famoso guión-. Un guión, según Brodsky, que acabaría tachando gran parte de la literatura rusa del XX.
(Reseña publicada en H Magazine)
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