jueves, 4 de septiembre de 2008

Zona -demasiado- fría


Con el subtítulo de Una historia personal el autor del éxito narrativo Las correcciones (2001), pendiente de estrenarse en el cine, traza un viaje por su infancia y por el contexto norteamericano de los años 60 y 70. El conservadurismo, la represión, los hippies y los movimientos de independencia configuran el telón de fondo de este libro que, aunque la editorial lo ha colocado en la sección de ensayo, se trata más bien de una autobiografía personal con tintes históricos y políticos.

La obra arranca en el momento justamente posterior a la muerte de la madre de Franzen, y en el punto de inflexión que incluye la venta de la casa materna, la recuperación de objetos y el trance que causa la memoria, acompañado de una crítica al mundo inmobiliario claramente extrapolable. Los recuerdos familiares grises y amargos por donde el benjamín Franzen se movía forman un marco bastante desesperanzador, pero que está marinado con ciertos toques de humor –que le dan al libro un aire más fresco– relacionados con una mirada de niño perdedor de clase media –sobre todo delante de las chicas de la escuela– con la consecuente reclusión en la lectura, especialmente de cómics. Las tiras de Schulz, el padre de Snoopy y Charlie Brown, son en buena parte protagonistas y reflejo de la sociedad de la época y los conflictos generacionales, costumbres y digresiones que Franzen también explica a través de sus propias estampas adolescentes en un grupo en el instituto o en su descubrimiento de Kafka o Thomas Mann.

Cabe destacar cómo en Zona fría Franzen ha abordado la introspección y cómo ha llevado al lector a entenderla, a ritmo lento, pausado, sin agonías ni aspavientos. Pero el trato de la crónica y los mecanismos de la autobiografía –género renovador en los tiempos que corren– que ha utilizado se quedan con la puerta medio abierta, y su fuerza es más bien ténue, prudente y, a veces, demasiado floja. Se ha puesto a escribir dándole vueltas a sus fantasmas, pero lo ha hecho sin nervio. A Franzen, considerado uno de los mejores jóvenes novelistas norteamericanos por la revista Granta, le falta jugársela.


Jonathan Franzen, Zona fría, Seix Barral (marzo 2008)

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